Ciencias |
Brasil: con bagazo de caña purificar agua contaminada
Un dispositivo de uso doméstico, similar a un purificador de agua, está probando ser una solución sencilla y de bajo costo para remover la contaminación con metales y semimetales tóxicos de las aguas utilizadas por los pobladores de la histórica ciudad de Ouro Preto, ubicada en el centro-sur del estado de Minas Gerais, el mayor productor de mineral de hierro de Brasil.
El artefacto, elaborado con bagazo de caña de azúcar, se acopla al caño o a un filtro de cerámica o arcilla, realizando la conexión entre la plomería y el dispositivo filtrante de la casa.
En Ouro Preto, la minería, que data del siglo XVII, ha dejado un rastro de aguas subterráneas contaminadas con plomo, hierro, manganeso y arsénico.
Un riesgo para la vida de la mayoría de sus aproximadamente 75 mil habitantes. El arsénico, por ejemplo, es extremadamente tóxico y difícil de retener mediante carbón activado, la tecnología convencional utilizada por las plantas de tratamiento.
“Se trata de poblaciones en situación vulnerable, que aún recogen agua no tratada de pozos artesanales o de grifos públicos históricos, y que pueden estar expuestas a agua contaminada”, señaló a SciDev.Net el químico e ingeniero ambiental Leandro Vinícius Alves Gurgel, de la Universidad Federal de Ouro Preto (UFOP).
Con el fin de dar una solución alternativa al problema de la contaminación, desde 2018 él y su equipo visitan hogares cuya agua, extraída de fuentes alternativas, se sospecha que está contaminada o contiene contaminantes identificados.
Para analizar las muestras del agua recolectada los investigadores miden 24 parámetros, incluyendo componentes biológicos y químicos, como cadmio, cobre, plomo y arsénico.
Con el fin de potenciar la acción del bagazo de caña como adsorbente –es decir su capacidad de retener partículas–, los científicos realizaron modificaciones en su estructura, fijando moléculas orgánicas que tienen afinidad química con el contaminante a eliminar.
“Fijadas en un material sólido, en este caso el bagazo, estas moléculas retienen el contaminante”, explica el químico.
Además de los contaminantes que querían eliminar, en el laboratorio también controlaron los componentes que podrían alterar el funcionamiento de la tecnología. Al medir la presencia de calcio y magnesio, por ejemplo, encontraron que la cantidad de estos componentes no interfería con la adsorción de cadmio y cobre.
Fue así como obtuvieron el dispositivo. Tras comprobar su eficacia con los análisis correspondientes –eliminación del 95 por ciento del arsénico por cada 20-40 microgramos de agua– los investigadores regresan a los hogares de las familias involucradas para instalarlo.
Carlos Eduardo de Rezende, investigador del Laboratorio de Ciencias Ambientales de la Universidad Estadual del Norte Fluminense (LCA/UENF), que no forma parte del proyecto UFOP, considera relevante la iniciativa, dada la capacidad de filtración de metales del dispositivo y su contribución a la mejora de la calidad del agua que la población usa para su consumo.
Sin embargo, afirma que es importante que los investigadores establezcan el destino del material filtrante después de su uso, para no generar otro foco de contaminación.
“Aunque es biodegradable, al concentrar compuestos indeseables, estos deben tener un destino para ser segregados adecuadamente”, dice el especialista en Ecología Aplicada, Manejo y Conservación Ambiental de Recursos Naturales.
Leandro Gurgel explica que el arsénico retirado será enviado a empresas que fabrican hormigón mecanizado, una solución reconocidamente segura, en su opinión.
“Al final de su vida útil, cuando el dispositivo ya no puede seguir eliminando el arsénico, se puede quemar para generar energía, si ya no contiene arsénico en su composición. Si todavía quedan residuos, deben ir a un vertedero supervisado”, afirma. (SciDev.Net)