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Contaminación por plásticos podría reducirse con grafeno 3D
Con la mirada puesta en solucionar el grave problema ambiental que resulta del escaso tratamiento posconsumo que reciben las botellas de plástico PET, un investigador brasileño desarrolló un método sencillo que hace posible obtener de ellas un nanomaterial conocido como grafeno tridimensional (3D) o espuma de carbono liviana, con múltiples aplicaciones industriales e hídricas y menor costo ambiental.
La sigla PET se refiere al Polietileno Tereftalato, uno de los siete tipos de plástico comúnmente utilizados en envases y botellas de gaseosa, agua y aceite, cuya degradación natural tarda entre 500 y 800 años.
Para sintetizar el grafeno 3D el método, además de PET, usa una sal: cloruro de amonio, como agente expansivo que al recibir calor genera gases y vapores, haciendo que el plástico se expanda y dé por resultado una espuma.
El compuesto, que utiliza el PET como precursor de carbono, ofrece un abanico de promisorias aplicaciones en varios sectores industriales como obtención de tintas, materiales conductores, compuestos poliméricos y para la fabricación de cemento.
También en la purificación, filtración y tratamiento de efluentes industriales, y retención de agua en suelos áridos, aspecto clave en el control de la desertificación.
“Patenté esta ‘tecnología verde’ porque sin duda tiene interés comercial y de desarrollo tecnológico, pero mi mayor deseo es lograr contribuir a sacar este plástico del ambiente en todo el mundo”, dice Luiz Orlando Ladeira, profesor del Centro de Tecnología en Nanomateriales y Grafeno y físico senior, preocupado por las posibles consecuencias de la proliferación de microplásticos de PET en distintos ambientes, como la afectación de la fauna marina y terrestre, y la salud humana.
Según el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cada minuto se adquieren un millón de botellas plásticas en el mundo y para 2040, entre 23 y 37 millones de toneladas de plástico ingresarán anualmente a los ecosistemas acuáticos.
Se suma a este hecho que América Latina presenta tasas de reciclaje muy bajas, de manera que alrededor del 90 por ciento de las botellas de un solo uso acaba convirtiéndose en basura marina.
La transformación del PET se produce mediante un mecanismo de descomposición a alta temperatura denominado pirólisis lenta, que permite transformar un polímero en moléculas menos complejas.
La espuma resultante, que tiene en su composición únicamente carbono y oxígeno, ha demostrado su capacidad de filtrar agua y eliminar metales pesados. También se ha comprobado su efecto como fertilizante en ciertos cultivos.
Y el propio Ladeira ha estudiado su uso para modificar las propiedades mecánicas del hormigón en obras civiles o para combatir la desertificación del suelo, debido a su capacidad de retención de agua. (SciDev.Net)