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    ¿Cuánto alcohol es demasiado?

    Para algunas personas, una copa de vino, una cerveza o un cóctel es un capricho ocasional. A otras les cuesta parar tras una o incluso varias copas. Algunas pueden beber alcohol con moderación, pero siguen sintiendo que no controlan su consumo. ¿Cómo saber si el alcohol se ha convertido en un problema para usted?



    ¿Cuánto alcohol es demasiado? Foto: Elevate/Unsplash


    Algunas personas deberían evitar el alcohol por completo. Entre ellas, se encuentran las mujeres embarazadas y las personas que toman determinados medicamentos.

    En el caso de la mayoría de los adultos, los expertos recomiendan que los hombres limiten el consumo de alcohol a no más de dos bebidas al día y las mujeres a no más de una. Beber menos alcohol es mejor para la salud que beber más.

    “Y tampoco se trata de guardarlas y bebérselas todas un sábado por la noche”, señala el Dr. George Koob, director del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y Alcoholismo (NIAAA) de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Este tipo de consumo de alcohol, denominado consumo compulsivo, es especialmente peligroso. Se habla de consumo compulsivo cuando se toman cinco o más bebidas en pocas horas en el caso de los hombres y cuatro o más en el de las mujeres. Algunos ejemplos del tamaño de una bebida estándar son un vaso de cerveza de 12 onzas, un vaso de vino de 5 onzas o 1.5 onzas de licor fuerte.

    Beber de manera compulsiva puede provocar la pérdida de conocimiento o incluso una sobredosis mortal. En general, el consumo excesivo de alcohol puede causar muchos problemas de salud. Entre ellos, enfermedades hepáticas, problemas cardiacos y pulmonares, y debilidad muscular y ósea.

    En las dos últimas décadas, las muertes relacionadas con el consumo de alcohol se han duplicado con creces. El mayor aumento se ha producido en las mujeres.

    La pandemia del COVID-19 puede haber empeorado las cosas. “Un buen número de estudios indica que las personas trataron de hacer frente al estrés de la pandemia bebiendo alcohol”, afirma Koob. “Y había factores de estrés por doquier. Aislamiento. Pérdida de trabajo. Preocupación por enfermarse. Y, para las mujeres en particular, el aumento de las responsabilidades en el hogar”.

    El trastorno por consumo de alcohol se produce cuando no se puede dejar de consumir o controlar el consumo de alcohol, a pesar de los perjuicios causados en el trabajo, la salud o la vida personal. No se presenta de la misma manera para todo el mundo. Es un trastorno complejo y puede ser leve, moderado o grave.

    “El trastorno por consumo de alcohol no está causado por una sola cosa”, afirma el Dr. Robert Messing, que estudia el alcohol y el cerebro en la Universidad de Texas. “Diferentes personas pueden tener diferentes combinaciones de síntomas”.

    Es conveniente saber qué síntomas hay que detectar para poder hacer cambios en los hábitos de consumo de alcohol a tiempo (consulte el recuadro Elecciones sabias en la página siguiente para ver una lista). Si el alcohol está causando problemas en su vida, existen muchas terapias eficaces.

    Las terapias de conversación, como la terapia cognitivo-conductual, pueden ayudarlo a conocer sus factores desencadenantes para el consumo de alcohol y la manera de manejarlos. Los grupos de pares pueden proporcionarle apoyo durante su recuperación.

    “También existen medicamentos muy buenos y seguros”, comenta la Dra. Nancy Diazgranados, que trata a personas que padecen el trastorno por consumo de alcohol en el Centro Clínico de los NIH. “Eliminan los antojos, o el deseo o la necesidad de beber el siguiente trago, lo que hace que sea más fácil dejar de beber porque no se está pensando en ese próximo trago todo el día”. Estos medicamentos no adictivos los puede recetar un médico.

    Algunas personas pueden beneficiarse del asesoramiento familiar para ayudar a reparar las relaciones dañadas por el consumo de alcohol, asegura Diazgranados. Otros tipos de terapia, como la recreativa y la vocacional, enseñan a las personas a evitar el alcohol en su vida personal y laboral. Las posibilidades de recuperación son mayores cuando se aplican muchos de los diferentes tratamientos al mismo tiempo, agrega.

    Es posible que no tenga éxito la primera vez que intente dejar el alcohol o reducir su consumo. Las recaídas son habituales en el trastorno por consumo de alcohol. “Si tiene un desliz de vez en cuando, seguimos considerando que está al menos en las primeras fases de la recuperación”, afirma Koob.

    Pueden ser necesarios muchos intentos para recuperar el control del consumo de alcohol. Esto se debe a que el alcohol puede transformar el cerebro. Los investigadores intentan comprender mejor esos cambios y cómo revertirlos.

    El equipo de Diazgranados está en proceso de comparar las diferencias cerebrales entre bebedores compulsivos, bebedores moderados y personas que no beben.

    “Queremos saber de qué manera las funciones cerebrales se ven afectadas por la bebida”, explica. Utilizan imágenes cerebrales para observar los efectos del alcohol en distintas áreas del cerebro. Esas áreas podrían ser objeto de nuevos tratamientos.

    El laboratorio de Messing también busca formas de cambiar las respuestas del cerebro al alcohol. Están particularmente interesados en la respuesta inflamatoria el cerebro.

    “Las resacas mejoran con fármacos antiinflamatorios, como la aspirina”, explica Messing. “Eso es quizá un indicador de que el consumo excesivo de alcohol provoca inflamación”.

    Su equipo está estudiando si ese aumento de la inflamación desencadena una actividad cerebral que, luego, hace que las personas beban más, y cómo evitarlo con medicamentos.

    Entender cómo el alcohol transforma el cerebro podría dar lugar a nuevas formas de prevenir y tratar la adicción. Pero, por ahora, si tiene problemas con el alcohol, hable con alguien de confianza. (Institutos Nacionales de la Salud)




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