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Dos tercios de árboles del Bosque Atlántico en riesgo de extinción
Más de la mitad de especies de árboles del Bosque Atlántico está amenazada de extinción debido a la deforestación, y ese riesgo es aún mayor para las llamadas especies endémicas, que solo se encuentran en esa región: 13 de ellas posiblemente estén extintas, alerta un estudio.
El Bosque Atlántico es uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del mundo. Su extensión oscila entre 28 y 30 millones de hectáreas.
Sus remanentes son importantes para la formación de ríos y cascadas, cuyas aguas abastecen a millones de personas que actualmente habitan en sus dominios, más allá de brindar varios otros servicios ecosistémicos.
En el estudio, los investigadores también hicieron proyecciones del impacto de la deforestación en los árboles tropicales del mundo, concluyendo que entre el 35 y 43 por ciento de la diversidad de árboles del planeta podría verse amenazada debido únicamente a la deforestación.
Bajo la coordinación del ecólogo Renato de Lima, de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo, Brasil, se analizaron más de 800 mil registros de herbarios y 1,4 millones de registros de inventarios forestales para estimar las áreas de ocurrencia y el tamaño de las poblaciones de cada especie arbórea del Bosque Atlántico.
Luego se analizaron estos datos según cuatro de los cinco criterios usados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) para determinar el nivel de riesgo de extinción de especies animales y vegetales. La IUCN es la principal autoridad responsable por la clasificación y estudio de especies amenazadas en el mundo.
Según Lima, la mayoría de evaluaciones de conservación de especies utilizan pocos criterios de la IUCN, “lo que hace que se subestime el estado de conservación de las biotas regionales, especialmente aquellas altamente modificadas como el Bosque Atlántico”.
Explica que la utilización de más criterios asociados a la deforestación “aumenta drásticamente nuestra comprensión sobre el grado de amenaza de las especies del Bosque Atlántico”.
Los resultados de los análisis indican que 65 por ciento de poblaciones de las 4.950 especies de árboles que se encuentran en el Bosque Atlántico corren riesgo de extinción, sobre todo debido a la deforestación, “mucho más de lo que pensábamos anteriormente”, precisa Lima.
Ese porcentaje aumenta a 82 por ciento si se consideran solamente las especies endémicas (2.025), que crecen sólo en el Bosque Atlántico y en ningún otro lugar del mundo.
“El panorama es muy preocupante”, dice Lima. “Si hubiéramos utilizado menos criterios de la UICN para evaluar el riesgo de extinción de las especies, habríamos detectado seis veces menos especies amenazadas”, evalúa.
Con alrededor de 35 por ciento de la población humana de Sudamérica viviendo dentro de sus fronteras, el Bosque Atlántico ya perdió 80 por ciento de su cobertura vegetal original, sobre todo por la deforestación.
La extinción de árboles impactará otras especies. Algunas especies de epífitas, como orquídeas y bromelias, dependen del apoyo de los árboles para crecer, de manera que la degradación del Bosque Atlántico podría cambiar la composición y estructura de su ecosistema, comprometiendo interacciones ecológicas que ayudan a regular y equilibrar el clima, proteger pendientes y mitigar desastres, mantener la fertilidad del suelo, la producción de alimentos, medicinas y madera.
Muchos árboles emblemáticos corren el riesgo de desaparecer. El icónico palo de Brasil (Paubrasilia echinata), el árbol que dio nombre al país, fue catalogado en peligro crítico debido a una caída en el tamaño de su población estimada en 84 por ciento en las últimas tres generaciones.
Los árboles de las especies Araucaria angustifolia, la popular araucaria —en ocasiones también denominada pino Paraná o pino brasileño—, Euterpe edulis (Palmito dulce) y Ilex paraguariensis (yerba mate) también experimentaron disminuciones de al menos el 50 por ciento en su población silvestre y están igualmente clasificadas en peligro de extinción.
La bióloga Rita de Cássia Quitete Portela, del Instituto de Biología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, que no participó del estudio, explica que los árboles integran una amplia y compleja red ecológica de interacciones que involucran también aves, mamíferos e insectos.
“La desaparición de una sola especie de árbol puede desencadenar un efecto cascada con consecuencias impredecibles”, dice. “Hay al menos 50 especies animales en el Bosque Atlántico que se alimentan y contribuyen para la dispersión de los frutos de Euterpe edulis“. Esta especie tiene gran importancia para las poblaciones caiçaras, que se alimentan de sus frutos, utilizan sus troncos y hojas para construir casas y espacios religiosos. (SciDev.Net)