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Los egipcios trasladaban a los militares muertos en combate desde el campo de batalla a su lugar de origen, según un estudio
Investigadores de la Universidad de Granada y de la Universidad de Jaén han determinado el arma de guerra que mató a tres soldados egipcios a comienzos de la Dinastía XVIII, en torno al 1500 a.C., durante la expansión del imperio egipcio, lo que ha permitido establecer hipotéticos escenarios en los que ocurrieron estas agresiones.
Se trata de una espada curva denominada por los egipcios como khepesh, un arma utilizada en esa época. Este hecho resulta llamativo, ya que significa que estos jóvenes soldados probablemente murieron a más de mil kilómetros de donde finalmente fueron enterrados.
“Se trata de la primera vez que se ha podido confirmar que los egipcios trasladaban a sus bajas militares desde el campo de batalla a su lugar de origen. De esta manera, los difuntos podían ser enterrados en una tumba en donde podían recibir un culto funerario por parte de sus familiares”, afirman los investigadores.
En el trabajo también participan científicos de los centros de investigación IPHES-CERCA de Tarragona y del New Museum of the Egyptian Civilization (Cairo).
En este estudio, además de determinar el arma usada, los investigadores han evidenciado también señales óseas inequívocas de violencia interpersonal, descubrimiento que ha sido infrecuente en el Antiguo Egipto.
En concreto, las lesiones fueron claramente observadas en tres cráneos que pertenecían a varones jóvenes (entre 20 y 25 años), que muestran múltiples lesiones perimortales, hasta nueve en uno de ellos, lo que sugiere un claro ensañamiento por parte del agresor.
Los tres fueron enterrados en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, necrópolis situada cerca de la moderna ciudad de Asuán.
A partir de los análisis de los antropólogos físicos de la Universidad de Granada, el IPHES-CERCA y el NMEC, se ha podido determinar que el arma que acabó con la vida de estas tres personas fue una espada curva denominada por los egipcios como khepesh.
Esta espada, que medía alrededor de medio metro y pesaba poco más de medio kilo, deja unas marcas específicas en el hueso, lo que ha permitido su identificación en los cráneos encontrados en Qubbet el-Hawa.
Aunque los individuos fueron enterrados en tumbas diferentes de dicha necrópolis, su muerte coincidió con la conquista de los faraones de Tebas del Delta y la posterior expansión hacia Canaán.