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Entender las alergias alimentarias
Las reacciones alérgicas ocurren cuando el sistema inmunitario — la defensa de su cuerpo contra gérmenes y sustancias extrañas — reacciona de manera desmedida a algo que normalmente no causa daño alguno. En los Estados Unidos, la mayoría de las alergias alimentarias son causadas por el maní, los frutos secos, el pescado, los mariscos, los huevos, la leche, el trigo y la soja. Las alergias se presentan con más frecuencia en los niños. Pero pueden aparecer a cualquier edad.
Los síntomas de una alergia alimentaria pueden ir de leves a graves. Algunas personas experimentan una reacción llamada anafilaxia, que pone en riesgo la vida. Los síntomas pueden incluir dificultad para respirar, mareos y desmayos. Cuando se tiene una alergia alimentaria, no hay manera de predecir cómo reaccionará su cuerpo al estar expuesto a la sustancia. Podría tener una reacción leve una vez y una reacción grave la siguiente.
Si cree que usted o su hijo podrían tener una alergia alimentaria, consulte a un proveedor de cuidados de la salud. El médico obtendrá su historia clínica completa y le hará un examen físico. Si el diagnóstico de alergia alimentaria fuera probable, el médico podría recomendarle un análisis de sangre o una prueba cutánea. Estos resultados ayudarán a determinar si usted o su hijo tienen una alergia alimentaria.
"Se ha investigado mucho sobre la alergia al maní porque con frecuencia es grave, para toda la vida, y tiene un gran impacto en la calidad de vida", explica el Dr. Scott Sicherer, experto en alergias alimentarias pediátricas de la Escuela de Medicina de Icahn en Monte Sinaí. Los científicos esperan que los avances logrados respecto a la alergia al maní les ayude a controlar mejor otras alergias alimentarias.
Recientemente, los investigadores realizaron un gran estudio clínico llamado "Aprendizaje temprano sobre la alergia al maní" (LEAP por sus siglas en inglés). El estudio observó las probabilidades de los bebés de desarrollar una alergia si comían alimentos con maní a una edad temprana.
En este estudio participaron 640 bebés que corrían un alto riesgo de desarrollar una alergia al maní. Los bebés fueron asignados al azar al grupo que comía maní o al grupo que lo evitaba. Continuaron con esta dieta hasta los 5 años. Los bebés que comían alimentos con maní desde pequeños tenían un 81% menos de probabilidad de desarrollar alergia al maní.
"Debido a la contundencia de estos hallazgos, un panel de expertos patrocinado por los NIH publicó recientemente recomendaciones actualizadas para ayudar a los proveedores de cuidados de la salud a trabajar con las familias para introducir alimentos que contienen maní en la dieta de los bebés a fin de evitar que desarrollen una alergia al maní", dice Sicherer.
El panel elaboró 3 lineamientos que describen cuándo y cómo dar estos alimentos. Las recomendaciones se basan en la probabilidad de un bebé de desarrollar alergia al maní. Hable con su médico antes de introducir cualquier alimento que contenga maní en la dieta de su bebé. El médico podrá decirle cuándo y cómo comenzar a darle maní a su bebé, o le recomendará hacerle primero una prueba de alergia.
"Es importante comprender que estos lineamientos buscan prevenir la alergia al maní, no tratar una alergia existente", explica Sicherer.
Los nuevos lineamientos podrían sorprender a algunas personas. Hace casi 20 años, los expertos recomendaban que los bebés con alto riesgo de desarrollar alergia al maní evitaran los alimentos que contienen maní hasta los 3 años. Pero hace casi 10 años, los expertos retiraron esta recomendación, ya que no había ninguna prueba de que funcionara.
Se desconoce si esta estrategia sería efectiva para otras alergias alimentarias. "Es necesario realizar más investigaciones para determinar si la introducción temprana de otros alimentos a la dieta también podría ayudar a prevenir las alergias a esos alimentos", explica Sicherer.
Científicos también están buscando maneras de tratar a las personas que ya tienen alergias alimentarias. Una estrategia promisoria se conoce como inmunoterapia oral. Implica comer pequeñas cantidades de los alimentos que causan alergia e ir aumentando la cantidad lentamente.
Un estudio reciente probó este enfoque en niños preescolares con alergia al maní. Casi el 80% de los niños que recibió el tratamiento pudo posteriormente comer alimentos con maní de manera segura. Se están realizando más estudios para mejorar la seguridad y la efectividad de este enfoque. La terapia también se está estudiando para personas con alergias a la leche y a los huevos en estudios clínicos pequeños.
Podría haber otras maneras de brindar este tipo de terapia. Un estudio en curso está investigando el uso de un parche cutáneo para administrar dosis pequeñas de proteína del maní a pacientes alérgicos al maní. Los primeros resultados han resultado promisorios en los niños pequeños con alergia al maní. Los investigadores continuarán evaluando este enfoque.
Los estudios sobre las alergias alimentarias deben realizarse con sumo cuidado porque las reacciones pueden poner en riesgo la vida. "Es importante entender cuánto cuidado se debe tener en los estudios de investigación diseñados éticamente, en particular aquellos que involucran a poblaciones vulnerables como los niños", dice Plaut. "A veces, obtener algunas respuestas lleva más tiempo de lo que desearíamos. Pero es fundamental encontrarlas de manera tal y a un ritmo que sea respetuoso y seguro".
Por el momento no hay tratamientos para las alergias alimentarias. Pero evitar los alimentos que causan la alergia puede ayudar a prevenir los síntomas. Lea con atención las etiquetas de los alimentos. Lávese las manos y las superficies que toca para evitar el contacto accidental.
A veces puede ser difícil evitar totalmente la exposición. Llevar con usted epinefrina autoinyectable puede salvar su vida. Este dispositivo administra una hormona que mantiene la presión arterial y puede abrir las vías respiratorias.
Síntomas de alergia alimentaria
Preste atención a cómo se siente después de comer y aprenda a reconocer los síntomas de una alergia alimentaria.
Los síntomas pueden incluir:
— tos
— hormigueo en la boca
— reacciones cutáneas como ronchas o picazón
— náuseas y vómitos
— dolor de estómago
— diarrea
Si tiene una reacción que podría poner en riesgo su vida, como dificultad para respirar, mareos y desmayos, llame al 911 para obtener asistencia médica de inmediato. (Institutos Nacionales de la Salud)