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    Un equipo de astrónomos revela la existencia de fuertes campos magnéticos girando en el borde del agujero negro central de la Vía Láctea

    Una nueva imagen de la colaboración EHT (Event Horizon Telescope, telescopio del horizonte de sucesos) ha descubierto la presencia de campos magnéticos potentes y organizados que giran en espiral desde el borde del agujero negro supermasivo Sagitario A* (Sgr A*).



    Una vista del agujero negro supermasivo de la Vía Láctea Sagitario A* en luz polarizada. Foto: ESO


    Vista en luz polarizada por primera vez, esta nueva imagen del monstruo que acecha en el corazón de la galaxia Vía Láctea ha revelado la existencia de una estructura de campo magnético sorprendentemente similar a la del agujero negro que hay en el centro de la galaxia M87, lo que sugiere que los fuertes campos magnéticos pueden ser comunes a todos los agujeros negros. Esta similitud también apunta a un chorro oculto en Sgr A*.

    Aunque el agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, que está a unos 27.000 años luz de distancia de la Tierra, es más de mil veces más pequeño y menos masivo que el de M87 (el primer agujero negro fotografiado), las observaciones revelaron que los dos son bastante similares.

    Esto hizo que la comunidad científica se preguntara si, al margen de su apariencia, ambos compartían rasgos comunes. Para averiguarlo, el equipo decidió estudiar Sgr A* en luz polarizada.

    Estudios previos de la luz que hay alrededor del agujero negro M87 (M87*) revelaron que los campos magnéticos de su entorno permitieron que el agujero negro lanzara poderosos chorros de material que volvían al entorno circundante. Sobre la base de este trabajo, las nuevas imágenes han revelado que lo mismo puede estar ocurriendo en Sgr A*.

    "Lo que estamos viendo ahora es que hay campos magnéticos fuertes, retorcidos en forma de espiral y organizados cerca del agujero negro del centro de la galaxia Vía Láctea", afirma Sara Issaoun, beneficiaria de una beca Einstein postdoctoral del Programa de Becas Hubble de la NASA en el Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian (EE.UU), y colíder del proyecto.

    "Junto con el hecho de que Sgr A* tiene una estructura de polarización sorprendentemente similar a la observada en el agujero negro M87* (mucho más grande y potente), hemos aprendido que los campos magnéticos fuertes y ordenados son fundamentales para la forma en que los agujeros negros interactúan con el gas y la materia que los rodea".

    La luz es una onda electromagnética oscilante o en movimiento que nos permite ver objetos. A veces, la luz oscila en una orientación preferida, denominada "polarizada".

    Aunque la luz polarizada nos rodea, para los ojos humanos es indistinguible de la luz "normal". En el plasma que rodea estos agujeros negros, las partículas que giran alrededor de las líneas del campo magnético confieren un patrón de polarización perpendicular al campo.

    Esto permite a la comunidad astronómica ver, con detalles cada vez más vívidos, lo que sucede en las regiones de los agujeros negros y mapear sus líneas de campo magnético.

    "Al obtener imágenes de la luz polarizada procedente del gas caliente y brillante que hay cerca de los agujeros negros, estamos deduciendo directamente la estructura y la fuerza de los campos magnéticos que enhebran el flujo de gas y materia del que se alimentan y, a su vez, expulsan", declara Angelo Ricarte, beneficiario de una beca postdoctoral de la Iniciativa de Agujeros Negros de Harvard y colíder del proyecto.

    "La luz polarizada nos enseña mucho más sobre la astrofísica, las propiedades del gas y los mecanismos que tienen lugar cuando un agujero negro se alimenta".

    Pero obtener imágenes de agujeros negros con luz polarizada no es tan fácil como ponerse un par de gafas de sol polarizadas, y esto es particularmente cierto en el caso de Sgr A*, que cambia tan rápido que no se queda quieto para las fotos.

    La obtención de imágenes del agujero negro supermasivo requiere herramientas sofisticadas que van más allá de las que se utilizaban anteriormente para captar a M87*, un objetivo mucho más estable.

    El científico del proyecto EHT, Geoffrey Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica (Taipéi), afirma que: "Debido a que Sgr A* se mueve mientras intentamos obtener imágenes, ha sido difícil construir incluso la imagen no polarizada", y agrega que la primera imagen era un promedio de múltiples imágenes debido al movimiento de Sgr A*.

    "Es un alivio haber podido obtener imágenes polarizadas. Algunos modelos estaban demasiado revueltos como para construir una imagen polarizada, pero la naturaleza no ha sido tan cruel".

    Mariafelicia De Laurentis, Responsable Adjunta del Departamento Científico del proyecto EHT y profesora de la Universidad de Nápoles Federico II (Italia), declaró que: "Con una muestra de dos agujeros negros, con masas muy diferentes y galaxias anfitrionas muy diferentes, es importante determinar en qué se parecen y en qué se diferencian. En ambos casos los datos indican que cuentan con campos magnéticos fuertes, lo cual sugiere que esta puede ser una característica universal y quizás fundamental de este tipo de sistemas. Una de las similitudes entre estos dos agujeros negros podría ser un chorro, pero aunque hemos fotografiado uno muy obvio en M87*, aún no lo hemos encontrado en Sgr A*".

    Para observar Sgr A*, la colaboración unió ocho telescopios de todo el mundo con el fin de crear un telescopio virtual del tamaño de la Tierra, el EHT. El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), del que ESO es socio, y el Atacama Pathfinder Experiment (APEX), ambos en el norte de Chile, fueron parte de la red que realizó las observaciones, llevadas a cabo en 2017.

    La colaboración EHT ha realizado varias observaciones desde 2017 y está previsto que vuelva a observar Sgr A* en abril de 2024. Cada año, las imágenes mejoran a medida que el EHT incorpora nuevos telescopios, mayor ancho de banda y nuevas frecuencias de observación. (ESO)

    28 DE MARZO DE 2024



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