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Esclerodermia
La esclerodermia es una enfermedad reumática autoinmunitaria del tejido conectivo que causa inflamación en la piel y otras áreas del cuerpo. Esta inflamación origina parches de piel dura y gruesa. La esclerodermia afecta muchos sistemas del cuerpo. Una enfermedad del tejido conectivo es aquella que afecta tejidos como la piel, los tendones y los cartílagos.
Hay dos tipos de esclerodermia:
— esclerodermia localizada, que solo afecta la piel y las estructuras directamente debajo de la piel;
— esclerodermia sistémica, también llamada esclerosis sistémica, que afecta muchos de los sistemas del cuerpo. Este es el tipo más grave de esclerodermia y puede dañar los vasos sanguíneos y los órganos internos, como el corazón, los pulmones y los riñones.
¿A quién le puede dar esclerodermia?
A cualquier persona le puede dar esclerodermia. Sin embargo, hay algunos grupos que corren un mayor riesgo de presentar la enfermedad. Los siguientes factores pueden influir en su riesgo.
— Sexo. La esclerodermia es más común en las mujeres que en los hombres.
— Edad. La enfermedad generalmente aparece entre los 30 y los 50 años de edad.
— Raza. La esclerodermia puede afectar a personas de todas las razas y grupos étnicos, pero es más frecuente entre los afroamericanos.
¿Qué tipos de esclerodermia hay?
Hay dos tipos de esclerodermia:
— esclerodermia localizada, que afecta la piel y los tejidos debajo de esta;
— esclerodermia sistémica, a veces llamada esclerosis sistémica, que afecta la piel, los tejidos, los vasos sanguíneos y los órganos principales.
¿Cuáles son los síntomas de la esclerodermia?
Los síntomas son diferentes para cada persona, según el tipo de esclerodermia que tenga. Generalmente, la esclerodermia localizada provoca parches de piel gruesa y dura según uno de los dos patrones siguientes:
— parches ovalados y firmes que permanecen en una sola área o se propagan a otras partes de la piel;
— líneas de piel engrosada o de diferente color que recorren los brazos, las piernas y, en raras ocasiones, la frente.
La esclerodermia sistémica, también conocida como esclerosis sistémica, puede aparecer rápida o lentamente y, además de afectar la piel, a veces causa problemas en los órganos internos. Muchas personas con este tipo de esclerodermia se sienten sumamente cansadas (fatiga).
¿Cuáles son las causas de la esclerodermia?
Los médicos desconocen la causa exacta de la esclerodermia, pero creen que hay varios factores que pueden contribuir a la enfermedad:
— Conformación genética. Los genes pueden aumentar la probabilidad de que ciertas personas presenten esclerodermia y desempeñan un papel en la determinación del tipo de esclerodermia que tendrán. Si bien la enfermedad no se es hereditaria, es más probable que alguien tenga esclerodermia si la padece un pariente cercano.
— Medio ambiente. La exposición a cosas en el medio ambiente, como virus o productos químicos, puede desencadenar la esclerodermia.
— Cambios en el sistema inmunitario. Los cambios en el sistema inmunitario pueden originar que las células produzcan demasiado colágeno en el cuerpo. El exceso de colágeno causa parches de piel dura y gruesa.
— Hormonas. Las diferencias hormonales entre las mujeres y los hombres podrían desempeñar un papel en la enfermedad.
¿Hay alguna prueba para la esclerodermia?
No existe una prueba única para la esclerodermia. Su médico puede:
— averiguar su historial médico,
— preguntar sobre sus síntomas actuales y anteriores,
— hacerle un examen físico,
— solicitar pruebas de laboratorio.
¿Cómo se trata la esclerodermia?
Su tratamiento dependerá del tipo de esclerodermia que tenga, sus síntomas y los tejidos y órganos afectados. El tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas y a limitar el daño.
Su médico puede recomendarle:
— Medicamentos para ayudar a disminuir la hinchazón, aliviar el dolor, controlar otros síntomas y evitar las complicaciones que puedan surgir.
— Fisioterapia o terapia ocupacional para ayudarle con el dolor, aumentar la fuerza muscular y enseñarle formas de adaptarse a sus actividades cotidianas, como cepillarse los dientes.
— Atención dental regular, ya que la esclerodermia puede resecar la boca y dañar los tejidos conectivos bucales, acelerando la caries dental y haciendo que los dientes se aflojen.
¿Quién puede tratar la esclerodermia?
La mayoría de las personas consultarán a un reumatólogo para el tratamiento de la esclerodermia. El reumatólogo es un médico especializado en enfermedades reumáticas, como la artritis y otros trastornos inflamatorios o autoinmunitarios. Los dermatólogos, que se especializan en afecciones de la piel, el cabello y las uñas, pueden desempeñar un papel importante en el tratamiento de la enfermedad.
Debido a que la esclerodermia puede afectar muchos órganos y sistemas de órganos diferentes, es posible que varios especialistas médicos diferentes le brinden atención. Estos incluyen:
— cardiólogos, que se especializan en el tratamiento de enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos;
— proveedores de atención dental, que pueden tratar complicaciones por el engrosamiento de los tejidos de la boca y la cara;
— gastroenterólogos, que tratan problemas digestivos;
— profesionales de la salud mental, que brindan consejería y tratan trastornos de la salud mental, como depresión y ansiedad;
— nefrólogos, que tratan enfermedades de los riñones;
— terapeutas ocupacionales, que enseñan cómo llevar a cabo de forma segura las actividades cotidianas;
— ortopedistas, que tratan y realizan cirugía para enfermedades o lesiones de los huesos y las articulaciones;
— proveedores de atención primaria, incluidos médicos, enfermeras practicantes y asistentes médicos;
— fisioterapeutas, que enseñan formas de desarrollar la fuerza muscular;
— neumólogos, que tratan enfermedades y problemas de los pulmones;
— patólogos del habla y del lenguaje, que se especializan en tratar los trastornos del habla y la comunicación.
Cómo adaptarse a la esclerodermia
Vivir con esta enfermedad puede ser difícil. Para que le sea más fácil, intente participar activamente en su tratamiento de la esclerodermia. Los siguientes consejos y sugerencias pueden ayudarlo.
— Manténgase abrigado. Vístase en capas, use guantes y medias, y evite cuartos y clima fríos cuando sea posible.
— Intente evitar ambientes fríos o húmedos que puedan desencadenar los síntomas.
— Si fuma, deje de hacerlo.
— Póngase protector solar antes de salir al aire libre.
— Use humectantes en la piel para ayudar a disminuir la rigidez.
— Use humidificadores durante el invierno para humedecer el aire de su hogar en los climas más fríos.
— Evite baños y duchas calientes, ya que el agua caliente reseca la piel.
— Evite jabones fuertes y productos de limpieza domésticos. Use guantes de goma si usa tales productos.
— Haga ejercicio con regularidad.
— Visite al dentista para chequeos regulares.
— Comuníquese con grupos de apoyo en línea y comunitarios.
— Hable con su familia y amigos y ayúdelos a comprender la enfermedad.
— Consulte con un profesional de salud mental para que lo ayude a sobrellevar una enfermedad crónica.
— Hable con su médico sobre cualquier síntoma que pueda tener y acate sus indicaciones. (National Institutes of Health)