Ciencias |
La evidencia científica disponible no avala la eficacia de los dispositivos de estimulación eléctrica cerebral para mejorar el rendimiento deportivo
¿Se puede mejorar el rendimiento físico estimulando el cerebro con corriente eléctrica de baja intensidad? ¿Estamos ante una nueva forma de mejorar el rendimiento deportivo que podría considerarse neuro-doping? La respuesta a estas preguntas, según un trabajo de científicos del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada junto con colaboradores de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Lausana sugiere que en este momento no existe evidencia científica disponible que confirme la eficacia de esos dispositivos de estimulación eléctrica cerebral para mejorar el rendimiento deportivo.
Lo anterior no implica, aclaran los autores, que esa ausencia de evidencia concluyente no signifique que la estimulación cerebral no pueda mejorar el rendimiento físico sino, exclusivamente, que esa mejora no está por avalada científicamente.
La investigación ha supuesto la revisión y reanálisis de 50 estudios primarios sobre esta materia y nueve metaanálisis.
Dado el papel crucial que juega el cerebro en el comportamiento humano, y, por tanto, en el rendimiento físico, desde hace unos años son numerosos los estudios científicos en el campo de las ciencias del deporte que han investigado si estimular el cerebro con corriente eléctrica de muy baja intensidad puede mejorar el rendimiento físico.
Los resultados aparentemente positivos de estas investigaciones han llevado a la comercialización de dispositivos de bajo coste y fácil utilización que prometen mejoras significativas en el rendimiento físico, así como en artículos científicos y divulgativos alertando sobre la posibilidad de una nueva forma de dopaje, el mencionado neuro-doping.
A la hora de sacar conclusiones, la investigación del CIMCYC ha corregido el resultado por sesgo de publicación, la tendencia a favorecer la publicación de los resultados positivos sobre los nulos.
Otro análisis mostró que el resultado final de los metaanálisis dependía en gran medida de las decisiones que se tomaban a la hora de analizar los datos, como la fórmula utilizada para calcular el tamaño del efecto.
Este resultado se une a la evidencia reciente de este mismo grupo de investigación sobre la presencia de sesgos en la investigación de los beneficios cognitivos de practicar ejercicio físico y la ausencia de resultados concluyentes.
La literatura sobre estimulación cerebral y rendimiento físico incluye muchos estudios de baja calidad, principalmente por su poca potencia estadística, con sesgo de publicación, y resultados metaanalíticos que dependen en gran medidas de las decisiones que toman sus autores a la hora de analizar la evidencia empírica disponible.
Este estudio, no obstante, no cierra la puerta a que la estimulación cerebral no pueda mejorar el rendimiento físico.
Por ejemplo, mediante el desarrollo de mejores hipótesis y metodologías, se podrían investigar los posibles beneficios de múltiples sesiones de estimulación cerebral de baja intensidad, su aplicación sistemática durante el ejercicio, y su uso como herramienta de recuperación post-ejercicio.
Idealmente, esta línea de trabajo debería incluir estudios pre-registrados y publicados en repositorios públicos, garantizando además el acceso en abierto a todos los datos.