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Hacer frente al dolor
Perder a alguien que ama puede cambiar su vida. Echa de menos a la persona que murió y quiere que regrese. Puede sentirse triste, solo o incluso enojado. Es posible que tenga problemas para concentrarse o dormir. Si pasaba mucho tiempo cuidando a la persona, es posible que se sienta perdido al enfrentrarse de repente se a una gran cantidad de tiempo libre. Estos sentimientos son normales. No hay manera correcta o incorrecta de hacer el duelo. Los científicos han estudiado cómo procesamos el dolor y están aprendiendo más sobre las maneras saludables de hacer frente a una pérdida.
La muerte de un ser querido puede afectar cómo se siente, cómo actúa y qué piensa. En conjunto, estas reacciones se llaman dolor. Es una respuesta natural a la pérdida. Sentir dolor no significa que tenga que experimentar ciertas emociones. Las personas pueden sufrir de maneras muy diferentes.
Las creencias y tradiciones culturales pueden influir en cómo alguien expresa el dolor y hace el duelo. Por ejemplo, en algunas culturas, la pena se expresa en silencio y en privado. En otras, se expresa abiertamente y en voz alta. La cultura también determina cuánto tiempo se espera que los miembros de la familia hagan el duelo.
“La gente suele creer que debería sentirse de determinada manera”, dice la doctora Wendy Lichtenthal, psicóloga del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center. “Pero esos mandatos pueden llevarlo a sentirse mal por sentirse mal. Es sumamente importante que se dé permiso para afligirse y sentir lo que siente. Las personas pueden ser muy duras consigo mismas y criticar lo que están sintiendo. Sea compasivo y amable con usted mismo”.
Adaptación ante una pérdida
Los expertos dicen que uno debe permitirse sentir dolor a su propia manera y en sus propios tiempos. Las personas tienen maneras únicas de expresar sus emociones.
Por ejemplo, algunas pueden expresar sus sentimientos haciendo cosas en lugar de hablar de ellos. Pueden sentirse mejor si yendo a caminar o nadar o si haciendo algo creativo, como escribir o pintar. Para otros, puede ser más útil hablar con familiares y amigos o un terapeuta sobre la persona que se fue.
“Aunque la gente no suele asociarlos con el dolor, el reír y el sonreír también son respuestas saludables a la pérdida y pueden ser una buena manera de protegerse”, explica el doctor George Bonanno, que estudia en la Universidad de Columbia cómo la gente hace frente a la pérdida y al trauma que esta genera. Él ha descubierto que las personas que expresan flexibilidad en las emociones a menudo lidian bien con la pérdida y se mantienen más saludables con el paso del tiempo.
“No se trata de si debe expresar o suprimir la emoción, sino de que usted pueda hacerlo cuando la situación lo requiera”, explica. Por ejemplo, una persona con flexibilidad emocional puede demostrar sentimientos positivos, como alegría, al compartir un recuerdo feliz sobre la persona que perdió y luego expresar tristeza o enojo al recordar momentos negativos, como una discusión con esa persona.
El dolor es un proceso que consiste en dejar ir y aprender a aceptar la pérdida y vivir con ella. La cantidad de tiempo que se tarda en lograrlo varía según la persona.
“Por lo general, las personas experimentan una reacción fuerte y aguda al dolor cuando alguien muere y , al mismo tiempo, comienzan el proceso gradual de adaptación a la pérdida”, explica la Doctora en Psiquiatría M. Katherine Shear de la Universidad de Columbia.
“Para adaptarse a una pérdida, una persona necesita aceptar su carácter irreversible y entender lo que significa para ella. También tiene que encontrar una manera de volver a imaginar la vida con posibilidades para ser feliz y honrar la conexión duradera con la persona que falleció”.
Investigadores como Lichtenthal han descubierto que encontrar el significado de la vida después de una pérdida puede ayudar a que la persona se adapte. Conectarse a las cosas más importantes, incluida la relación con la persona que falleció, puede ayudarle a coexistir con el dolor de la pena.
Tipos de dolor
Alrededor del 10 % de las personas en duelo experimentan un dolor complicado, una condición que a algunos les dificulta adaptarse a la pérdida de un ser querido. Las personas con este dolor prolongado e intenso tienden a quedar atrapadas en ciertos tipos de pensamiento, dice Shear, que estudia el dolor complicado.
Puede que piensen que la persona no tendría que haber fallecido o que no tendría que haber sucedido de esa manera. Puede que también juzguen su dolor, que cuestionen si es muy poco o demasiado, y que se concentren en evitar cosas que les recuerden la pérdida.
“Experimentar un dolor complicado puede ser muy desalentador, pero es importante no juzgar el dolor propio ni dejar que otras personas lo juzguen”, explica Shear.
Shear y su equipo de investigación idearon y probaron una terapia especializada para el dolor complicado a través de tres estudios financiados por NIH. La terapia tenía como objetivo ayudar a las personas a identificar los pensamientos, los sentimientos y las acciones que pueden obstaculizar la adaptación a la pérdida.
También se enfocaron en fortalecer el proceso natural de adaptación a la pérdida. Los estudios demostraron que el 70 % de las personas que recibieron el tratamiento presentaron síntomas mejorados.
En comparación, solo el 30 % de las personas que recibieron un tratamiento estándar para la depresión habían mejorado los síntomas.
Puede comenzar a sentir la pérdida de un ser querido incluso antes de que muera. Esto se llama dolor anticipatorio. Es común entre las personas que cuidan a otras durante mucho tiempo. Puede sentirse triste por los cambios que está atravesando y las pérdidas que va a sufrir.
Algunos estudios han descubierto que el hecho de que los pacientes, los médicos y los familiares aborden directamente la perspectiva de la muerte antes de que ocurra la pérdida ayuda a los sobrevivientes a hacer frente a la pérdida.
La vida más allá de la pérdida
Aunque la muerte de un ser querido puede resultar abrumadora, muchas personas lo hacen a través del proceso de duelo con el apoyo de familiares y amigos. Cuídese, acepte las propuestas de ayuda de quienes lo rodean y asegúrese de obtener asesoramiento si lo necesita.
“Creemos que el dolor es una forma de amor que necesita canalizarse de alguna manera después de perder a alguien cercano”, opina Shear. “Si está teniendo problemas para avanzar en su propia vida, es posible que necesite ayuda profesional. Por favor, no pierda la esperanza. Tenemos algunas buenas maneras de ayudarle”. (Institutos Nacionales de la Salud)