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José Alcalá Galiano
Aparición
La luna estaba en la mitad del cielo,
Y al ver su dulce faz,
Hallé, olvidando mi incesante anhelo,
Un momento de paz;
Apareciste llena de hermosura,
De gracia y juventud,
Y aquella paz de mística dulzura
Tornóse en inquietud.
Las lucientes estrellas contemplaba,
Y en aquel resplandor
Los lejanos destellos vislumbraba
De otro mundo mejor;
Pero al ver tu mirada que destella
Un rayo celestial,
Ví que es mejor que la mejor estrella
Tu rostro sin igual.
Miraba el azulado firmamento,
Y ansié volar allí,
Rompiendo la prision que al pensamiento
Tiene sujeto aquí;
Miré tu rostro, y de la inmensa altura
Bajé á mi corazón,
Y al verle encadenado á tu hermosura
Bendije mi prision.
La noche en su silencio y con su calma
Adormeció mi sér,
Y al mecerse tranquila, olvidó el alma
Su eterno padecer;
Una sola mirada de tus ojos
Del sueño me sacó,
Y una sonrisa de tus labios rojos
De amor me estremeció.
La quietud con su mágico misterio
Me hacia meditar;
Oí tu voz de irresistible imperio
Y prorumpí á llorar.
Léjos de las miserias de la vida,
De los astros en pos,
Mi mente, con delirio, iba perdida
Allí buscando un Dios.
Y cuando más ansioso le buscaba
Aparecer te ví,
Y la faz de aquel Dios que no encontraba
Ví reflejarse en tí.
Más allá de los mundos celestiales
Que caminando van,
Un cielo de venturas inmortales
Buscaba con afan;
Y al mirarte brillar en mi presencia
Ví que tú eres mi bien,
Tu hermosura la luz de mi existencia
Y tu amor el Eden.
Yo preguntaba á la region vacía:
¿Qué es la felicidad?
Y el silencio fatal no respondia
De aquella inmensidad;
De la pregunta inútil fatigado
De interrogar dejé,
Volví los ojos, te sentí á mi lado,
Y la respuesta hallé.
Las estrellas, la luna, el firmamento
¿Qué me importan á mí,
Cuando toda su dicha el pensamiento
Encuentra solo en tí?
En tí, luna de amor que al alma mia
Da eterna claridad,
Estrella misteriosa que me guia
Por esta soledad;
Vision de mis ensueños ideales,
Sonrisa en mi dolor,
Fuente pura de anhelos inmortales
De inextinguible amor.
Cielo de mis sublimes esperanzas,
Region de mi ideal,
Iris de mis brevísimas bonanzas
Y alivio de mi mal.
A mi atrevida voz no respondia
La muda creacion,
Y dió respuesta á la pregunta mia
Tu hermosa aparicion.
Despareciste, y al dormido viento
Interrogando yo,
«¿Seré feliz?» le dije, y con lamento
El viento dijo: ¡no!....