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Prevención de la demencia transforma el gasto en inversión
Prevenir la demencia de manera temprana en la población de riesgo puede reducir los gastos posteriores de atención y tratamiento de esta enfermedad.
Con un costo global que actualmente supera los mil millones de dólareso pero puede llegar a casi tres billones de dólares en 2030, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de la demencia es mayor en los países de bajo y medio ingreso, donde los determinantes sociales sanitarios tienen un papel fundamental en su prevalencia.
En América Latina, un estudio reciente halló que las personas mayores dependientes de cuidados tienen más probabilidades de experimentar soledad y aislamiento social, factores que agravan la demencia.
A partir de los resultados, los investigadores recomiendan políticas públicas para garantizar un envejecimiento saludable.
Otro estudio observó que los factores sociales y ambientales son incluso más relevantes que la genética para predecir la prevalencia de la demencia.
Esto significa que el nivel educativo, el acceso a la atención médica y las experiencias de segregación racial pueden explicar las disparidades en la incidencia de la demencia en las minorías raciales y étnicas.
Jorge Llibre Guerra, un de los autores del estudio y profesor del Departamento de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, explica que intervenciones como mejorar la educación y facilitar la atención sanitaria para reducir las disparidades no solo podrían reducir la incidencia de la demencia, sino también de enfermedades no transmisibles.
“Este enfoque también alivia las presiones económicas sobre las familias y los servicios sociales, lo que la convierte en una estrategia rentable para mitigar los impactos de la demencia, particularmente en poblaciones diversas como las de América Latina”, señala Llibre Guerra.
Sin cura y con el progresivo envejecimiento de la población mundial, la tendencia es al aumento del gasto en atención a la demencia. Según proyecciones de la OMS, las personas con demencia podrían llegar a 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050, lo que requiere inversiones en prevención.
Una revisión publicada en el Journal of Prevention of Alzheimer’s Disease, concluyó que la prevención temprana de la demencia, dirigida a grupos de riesgo, es relativamente barata y puede reducir los costes posteriores de atención y tratamientos.
Los investigadores querían saber si la prevención para personas con riesgo de demencia podría ser rentable, es decir, si el gasto financiero en una determinada acción generaba algún impacto positivo. Para ello, compararon datos de siete estudios, de un total de más de 3.600 estudios sobre el tema.
Alexander Braun, del Instituto de Gestión Sanitaria del IMC Krems, en Austria, y autor del trabajo, dijo que la revisión muestra que los programas de prevención de la demencia representan ahorros. De media, cada intervención costó 472 euros por persona. Por tanto, según él, el coste puede verse como una inversión en salud. (SciDev.Net)