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Sorprendente hallazgo de fosfato en muestra de asteroide de OSIRIS-REx
El análisis inicial de la muestra del asteroide Bennu traída a la Tierra por la misión OSIRIS-REx de la NASA ha revelado polvo rico en carbono, nitrógeno y compuestos orgánicos, todos los cuales son componentes esenciales para la vida tal como la conocemos.
Con predominio de minerales de arcilla, principalmente serpentina, la muestra es una reproducción del tipo de roca que se encuentra en las dorsales oceánicas de la Tierra.
El fosfato de magnesio y sodio hallado en la muestra sugiere que el asteroide podría haberse formado al desprenderse de un mundo oceánico antiguo, pequeño y primitivo.
Encontrar el fosfato fue una sorpresa para el equipo porque el mineral no había sido detectado por la nave espacial OSIRIS-REx mientras estaba en Bennu.
Si bien se encontró un fosfato similar en la muestra del asteroide Ryugu traída a la Tierra en 2020 por la misión Hayabusa2 de la JAXA (Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial), el fosfato de magnesio y sodio detectado en la muestra de Bennu destaca por su pureza (es decir, la ausencia de otros materiales incluidos en el mineral) y el tamaño de sus granos, sin precedentes en ninguna otra muestra de meteorito.
Los científicos esperaban ansiosamente la oportunidad de indagar con mayor profundidad en la impoluta muestra del asteroide Bennu —con un tamaño de 121,6 gramos (4,3 onzas)— recolectada por la misión Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad - Explorador de Regolito (OSIRIS-REx, por sus siglas en inglés) de la NASA desde que fuera traída a la Tierra a finales de 2023.
Anticipaban que el material guardaría secretos del pasado del sistema solar y la química prebiótica que podrían haber conducido al origen de la vida en la Tierra.
El Equipo de Análisis de Muestras de OSIRIS-REx descubrió que Bennu contiene los ingredientes originales que formaron nuestro sistema solar. El polvo del asteroide es rico en carbono y nitrógeno, así como en compuestos orgánicos, todos los cuales son componentes esenciales para la vida tal como la conocemos.
La muestra también contiene fosfato de magnesio y sodio, lo que fue una sorpresa para el equipo de investigación, ya que no se vio este compuesto en los datos de teledetección obtenidos por la nave espacial en Bennu.
Su presencia en la muestra sugiere que el asteroide podría haberse formado al desprenderse de un mundo oceánico primitivo, diminuto y desaparecido hace mucho tiempo.
El análisis de la muestra de Bennu reveló información intrigante sobre la composición del asteroide. Con predominio de minerales de arcilla, principalmente serpentina, la muestra es una reproducción del tipo de roca que se encuentra en las dorsales oceánicas de la Tierra, donde el material del manto —la capa bajo la corteza terrestre— se encuentra con el agua.
Esta interacción no solo da como resultado la formación de arcilla; también da lugar a una variedad de minerales como carbonatos, óxidos de hierro y sulfuros de hierro. Pero el descubrimiento más inesperado es la presencia de fosfatos solubles en agua. Estos compuestos son componentes de la bioquímica de toda la vida conocida actualmente en la Tierra.
Si bien se encontró un fosfato similar en la muestra del asteroide Ryugu traída a la Tierra en 2020 por la misión Hayabusa2 de la JAXA (Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial), el fosfato de magnesio y sodio detectado en la muestra de Bennu destaca por su pureza —es decir, la ausencia de otros materiales incluidos en el mineral— y el tamaño de sus granos, sin precedentes en cualquier otra muestra de meteorito.
“La presencia y el estado de los fosfatos, junto con otros elementos y compuestos en Bennu, sugieren que el asteroide tuvo un pasado acuoso”, dijo Dante Lauretta, coautor principal del artículo e investigador principal de OSIRIS-REx en la Universidad de Arizona en Tucson. “Bennu podría haber sido alguna vez parte de un mundo más acuático. Aunque esta hipótesis requiere mayor investigación”.
A pesar de su posible historia de interacción con el agua, Bennu sigue siendo un asteroide químicamente primitivo, con proporciones elementales muy parecidas a las del Sol.
“La muestra que trajimos es el depósito más grande de material de asteroide sin alterar que exista en la Tierra en este momento”, dijo Lauretta.
Esta composición permite asomarnos a los primeros días de nuestro sistema solar, hace más de 4.500 millones de años. Estas rocas han conservado su estado original, sin haberse derretido ni resolidificado desde sus inicios, afirmando sus orígenes antiguos.
El equipo ha confirmado que el asteroide es rico en carbono y nitrógeno. Estos elementos son cruciales para comprender los entornos donde se originaron los materiales de Bennu y los procesos químicos que transformaron elementos simples en moléculas complejas, lo que pudo haber sentado las bases para la vida en la Tierra.
Lanzada el 8 de septiembre de 2016, la nave espacial OSIRIS-REx viajó al asteroide Bennu, cercano a la Tierra, y recogió una muestra de rocas y polvo de la superficie. OSIRIS-REx, la primera misión estadounidense en recolectar una muestra de un asteroide, trajo la muestra a la Tierra el 24 de septiembre de 2023. (NASA)