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Telescopios de ESO ayudan a desentrañar el enigma de un púlsar
Tras una importante campaña de observación que involucró a 12 telescopios, tanto terrestres como espaciales, incluidas tres instalaciones del Observatorio Europeo Austral (ESO), un equipo de astrónomos y astrónomas ha descubierto el origen del extraño comportamiento de un púlsar, una estrella muerta que gira a muy alta velocidad.
Este misterioso objeto es conocido porque cambia entre dos modos de brillo casi constantemente, y se desconocía qué provocaba estas rápidas variaciones.
Ahora se ha descubierto que las responsables de estos súbitos cambios son las eyecciones repentinas de materia del púlsar en períodos muy cortos.
"Hemos sido testigos de eventos cósmicos extraordinarios donde enormes cantidades de materia, similares a balas de cañón cósmicas, se lanzan al espacio en un lapso de tiempo muy breve, de decenas de segundos, desde un objeto celeste pequeño y denso que gira a velocidades increíblemente altas", declara María Cristina Baglio, investigadora de la Universidad de Nueva York Abu Dhabi y autora principal del artículo.
Un púlsar es una estrella muerta, magnética y de rotación rápida, que emite un haz de radiación electromagnética hacia el espacio.
A medida que gira, este haz cruza el cosmos (igual que el haz de un faro) y es detectado por la comunidad astronómica cuando se cruza con la línea de visión que vemos desde la Tierra.
Esto hace que, vista desde nuestro planeta, el brillo de la estrella parezca pulsar.
PSR J1023+0038, o J1023 para abreviar, es un tipo especial de púlsar con un comportamiento extraño. Situado a unos 4500 años luz de distancia, en la constelación del Sextante, orbita de cerca otra estrella.
Durante la última década, el púlsar ha estado sustrayendo activamente material de esta compañera. Este material se ha ido acumulando en un disco alrededor del púlsar y va cayendo lentamente hacia él.
Desde que comenzó este proceso de acumulación de materia, prácticamente desapareció el haz de luz y el púlsar comenzó a cambiar de forma intermitente entre dos modos.
En el modo "alto", el púlsar emite rayos X brillantes, luz ultravioleta y visible, mientras que en el modo "bajo" es más tenue en estas frecuencias y emite más ondas de radio. El púlsar puede permanecer en cada modo durante varios segundos o minutos, y luego cambiar al otro modo en solo unos segundos. Estos cambios han desconcertado a la comunidad astronómica hasta ahora.
"Hemos descubierto que el cambio de modo proviene de una intrincada interacción entre el viento del púlsar, un flujo de partículas de alta energía que se alejan del púlsar y la materia que fluye hacia el púlsar", dice Francesco Coti Zelati, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC, Barcelona, España) y coautor principal del artículo.
En el modo bajo, la materia que fluye hacia el púlsar es expulsada en forma de estrecho chorro, perpendicular al disco.
Poco a poco, esta materia se acumula cada vez más cerca del púlsar y, a medida que esto sucede, es azotada por los vientos que soplan desde la estrella pulsante, haciendo que la materia se caliente.
Eso hace que el sistema pase al modo alto, brillando intensamente en rayos X, ultravioleta y luz visible. Finalmente, estas masas de materia caliente son eliminadas por el púlsar a través del chorro.
Con menos materia caliente en el disco, el sistema brilla de forma menos intensa, volviendo al modo bajo. (ESO)